Evento simple Portada: Ayuntamiento de Jerez - Página oficial

Saltar al contenido principal

LA TRAVIATA (G.Verdi)

Ópera

Producción del Teatro Villamarta


 


COMPRAR 31 DE MAYO

 

COMPRAR 2 DE JUNIO

 

SABINA PUÉRTOLAS - ANTONIO GANDÍA - JOSÉ ANTONIO LÓPEZ - SUZANA NADEJDE - JAVIER POVEDANO - ÁNGEL RODRÍGUEZ - CRISTIAN DÍAZ
CORO DEL TEATRO VILLAMARTA
ORQUESTA DE CÓRDOBA
JESÚS RUIZ, escenografía y vestuario
MANUEL BUSTO, dirección musical
FRANCISCO LÓPEZ, dirección de escena

La acción tiene lugar en París y sus alrededores a mediados del siglo XIX.

ACTO I

 

En casa de la cortesana Violetta Valéry tiene lugar una espléndida fiesta, sus lujosos salones están llenos de invitados entre los que se encuentran Flora Bervoix, su amiga más íntima y el barón Duphol, su amante y protector. Llega el vizconde Gastón de Létoriêres acompañado de Alfredo Germont, un joven de Provenza que declara estar enamorado de Violetta. Durante la cena, Alfredo ofrece un apasionado brindis a la anfitriona, al acabar los invitados se trasladan al salón contiguo para bailar pero la joven queda rezagada por un malestar pasajero; momento que aprovecha Alfredo para declararle su amor. En un primer momento Violetta no le toma en serio. Sin embargo, regala una flor al joven diciéndole que podrá visitarla cuando ésta se marchite. Concluida la fiesta, y ya a solas, Violetta reflexiona sobre los sentimientos que Alfredo le ha revelado y la nueva vida que éste le propone, pero enseguida trata de persuadirse a sí misma de que aceptarlo sería una locura y decide olvidarlo todo loando su vida entregada a los placeres.

 

ACTO II

 

Cuadro I

 

Una casa de campo en las afueras de París. Alfredo y Violetta llevan tres meses viviendo juntos y su felicidad es completa. El joven sorprende a Annina, la doncella de Violetta, cuando ésta regresa de París, donde ha ido para preparar la venta de los bienes de la señora y así poder costear la idílica existencia de la pareja. Alfredo, avergonzado por su inconsciencia y herido en su orgullo, decide partir hacia la capital para impedirlo. Entre la correspondencia del día, Violetta recibe una carta de su amiga Flora invitándola a una fiesta. Mientras la lee recibe la visita de Giorgio Germont, el padre de Alfredo, quien la acusa de llevar a la ruina moral y económica a su hijo. Violetta le enseña unos documentos que señalan lo contrario, dejando sorprendido al anciano que advierte la dignidad que demuestra   la joven. Germont se disculpa entonces y apela a su noble corazón para pedirle un enorme sacrificio: renuncia definitivamente al amor de Alfredo para que su relación no empañe el honor de la familia y prevenir el escándalo que arruinaría el compromiso matrimonial de su hija, hermana de Alfredo. Aunque en principio se niega rotundamente, Violetta intuye que su defensa es una batalla perdida, pues sabe que Germont no dejará de recurrir a su pasado para comprometerla. Llena de tristeza, asiente finalmente en abandonar a Alfredo escribiéndole una simple nota de despedida que le entregarán cuando ella se haya marchado. Al poco tiempo de salir Germont regresa el joven que la sorprende escribiendo, Violetta disimula a duras penas pero la emoción la embarga y le ruega que, pase lo que pase, la ame siempre, y se despide. Alfredo, que atribuye la intensidad del momento al amor que Violetta le profesa, entiende de repente la situación cuando recibe la nota, pensando que le ha abandonado por Duphol. Al ver sobre la mesa la invitación de Flora cree confirmadas sus sospechas y, pese a las conciliadoras palabras de su padre, decide presentarse en la fiesta para tomar venganza.

 

 

Cuadro II

 

Una fiesta de disfraces en la mansión de Flora en París. Grupos de gitanas e invitados vestidos de toreros divierten a los presentes. Al concluir el bullicio todos se reúnen alrededor de las mesas de juego. Algunos amigos de Flora comentan que Alfredo y Violetta se han separado cuando el propio Alfredo entra fingiendo indiferencia y se sienta a compartir el juego. Llega Violetta cogida del brazo del barón Duphol. El joven, contrariado, dirige velas acusaciones que provocan la indignación del barón. Éste acepta el desafío de jugar con Alfredo, que gana todas las apuestas. La tensión va en aumento cuando un sirviente anuncia que la cena está preparada y el juego se interrumpe. Los invitados abandonan el salón, Violetta se las arregla para quedarse a solas con Alfredo y pedirle que abandone el lugar, pues le amenaza un peligro. El joven acepta marcharse siempre y cuando ella le acompañe, pero Violetta se niega y, para mantener su promesa, le miente diciéndole que ama a Duphol. Furioso, Alfredo llama a los invitados y arroja con desprecio a los pies de Violetta el dinero que acaba de ganar en el juego, dando a entender que con ello queda pagada su deuda. Los invitados, escandalizados, recriminan a Alfredo su actitud. En ese momento llega Germont que reprende con dureza a su hijo despertando sus remordimientos. El barón desafía a Alfredo en duelo.

 

 

ACTO III

 

Dormitorio de Violetta en su apartamento de París. Su salud está deteriorada, sólo su fiel Annina cuida de ella. Su amigo el doctor Grenvil, conocedor de su grave situación, la visita para darle ánimo asegurándole que se recuperará pronto, pero en un aparta confía a la sirvienta que se halla en el umbral de la muerte.

Cuando el médico se va Violetta le pide a Annina que reparta a los pobres la mitad del poco dinero que le queda. Al quedar sola, Violetta relee una carta de Germont en la que cuenta cómo Alfredo hirió a Duphol en el duelo, y tuvo que huir del país por un tiempo. Asimismo, le informa que él mismo reveló a su hijo el sacrificio que ella hizo por amor, y que éste pronto regresará para pedirle perdón. Violetta comprende con amargura que es demasiado tarde.

Annina vuelve apresuradamente para anunciar la inminente llegada de Alfredo. En ese momento entra el joven y los enamorados se funden en un abrazo. La emoción deja paso a un optimismo pasajero donde ambos hacen planes para comenzar una nueva vida juntos. Pero la salud de Violetta empeora y Alfredo manda buscar al médico, que llega acompañado de Germont. El anciano, abatido por los remordimientos, pide perdón a Violetta, mientras Alfredo, desesperado e indefenso, asiste al inexorable final. Una repentina y milagrosa mejoría permite a Violetta levantarse llena de esperanza y morir en los brazos de su amado.

 

 

traviata
top